Organizadores de la FIL... ¡hay tabla! |

En la edición del lunes 2 de junio de 2014, Marcelo Suárez, periodista de EL DEBER recogió
el balance de Jorge Luis Rodríguez “cabeza de la organización de la FIL”. A continuación, en letra cursiva, va el balance nuestro.
¿ Qué destaca de esta versión de la
feria?
Estamos muy agradecidos por la presencia de
visitantes en estas dos últimas jornadas, a diferencia de la semana pasada, en
la que el clima jugó en contra. Pero, más allá de las cifras, algo que es
importante destacar es que ha crecido la actividad cultural. Nuestra proyección
nos está convirtiendo en un referente a escala internacional. Esta no es una
feria con tres carpas, es una feria hermosa.
O sea que los últimos
dos días salvaron el desastre. Realmente hay mucho que agradecer a los visitantes,
que en el día de la apertura ni siquiera pudieron ingresar al pabellón juvenil
y en el resto de los estands todavía se estaban acomodando los libros.
Agradecerles a los niños y padres de familia que el primer sábado tuvieron que
esperar en las afueras mientras llovía. Y a los visitantes que se encontraban
con que la actividad programada, incluso con tanto retraso, se había
suspendido. Tendría que agradecer a los expositores y a los interesados en
presentar libros porque no se sabía nada concreto hasta un mes antes. El
programa oficial se presentó el día de la apertura. Agradecer que diarios como
EL DEBER hagan el programa para el público. Y que el último día de feria lo estén distribuyendo para no quedarse con el material impreso. Agradecer los esfuerzos de
profesores y colegios para llegar porque no había información disponible para
el público, los afiches y banners visibles en la ciudad se contaron con los dedos de una mano y en
tiempos de Internet, tristemente el sitio web quedó anclado en el año 2012. Agradecer que una entidad estatal puso a disposición transporte, aunque los libros que adornaban su estand hayan sido de pliqui. Si
ha crecido la actividad cultural no es por el esfuerzo de la FIL ni de la Cámara Departamental
del Libro, sino de los entusiastas gestores culturales. El mal estado de los
baños, por citar algo, no son precisamente algo para colocar la feria como
referente a escala internacional. En estos mismos días se llevó a cabo la feria
en Riberao Preto, Brasil, que es una ciudad del mismo tamaño de Santa Cruz de la Sierra. Allá se tenía la
programación impresa cuatro meses antes, con todas las actividades y si la
comparamos, la FIL
de Santa Cruz queda como de tres carpas. No debería engañarnos lo portentoso de
Expocruz, que sí es una de las ferias más importantes en infraestructura,
porque en el salón VIP donde se
presentaban libros o se realizaban otras actividades, ni siquiera se tuvo el
cuidado de sacar las imágenes de los zapatos que adornaban las paredes,
gritando que era un espacio prestado.
China fue el
país invitado, pero no trajo a ningún escritor representante...
Bueno, eso se debió a una cuestión de tiempo.
Hubiésemos querido contar con el premio Nobel Mo Yan, pero la agenda que
ellos manejaban obligaba a hacer las gestiones con anticipación.
Ya lo dijo y
reconfirma la sospecha: otra prueba de la improvisación con la que se trabaja.
Si estaba en duda hasta la realización de la feria por la organización de la Cumbre del G-77 más China. Da
la impresión de que se forzó la imagen de China, pero sólo en el nombre. El
salón República Popular China no tenía nada de China. Lo mejor del estand chino fue el regalo de libros, pero ese
tampoco es mérito de la FIL.
Este año concluye su gestión en la
cámara, luego de dos periodos. ¿Qué augura para el próximo presidente?
Espero que sigamos creciendo. Estamos dejando
proyectos encaminados, como el encuentro nacional de bibliotecarios, como
también el de poesía y el festival de cine
En realidad, más que
crecer, este año se ha reducido y ojalá los eventos que se mencionan
encaminados no carguen el peso de la improvisación, que es el sello más
llamativo de su gestión. Así no se crece. Ni hace falta mirar las cifras
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