En la pasada decimoquinta edición de la Feria Internacional del Libro Santa
Cruz de la Sierra se presentó el nuevo libro de Giovanna Rivero. Es un libro que narra en primera persona la
historia de Genoveva Bravo Genovés, una niña que estudia en un colegio salesiano
dirigido por monjas, que vive en un pequeño pueblo cercano a la capital cruceña en el cual el
negocio del narcotráfico va ganando terreno lentamente pero sin freno.
La situación familiar de Genoveva es muy complicada, su padre tiene una ideología comunista
frustrada, su madre vive ensimismada en sus pensamientos, su abuela paterna
sufre por una enfermedad pulmonal, su hermano menor nació enfermo y su mejor
amiga Inés está obsesionada con su peso. Todos estos personajes van tomando
cuerpo y profundidad a medida que
Genoveva nos va dando información sobre ellos mientras narra su día a día en el
pueblo de thérox.
Las vivencias de Genoveva enriquecen el relato. Experiencias como su relación con
las monjas de su colegio. Sus
confortaciones con las madonas, un grupo
de niñas que se creen mejor que los demás porque sus padres ganan mucho dinero
con el negocio del narcotráfico. La amistad que busca en ella Vaca flor la
exmadona. Sus clases con el maestro
Hernán que le enseña los secretos del universo. Estas vivencias enriquecen cada recurso que se
utiliza en la trama llenándolos de un poderoso simbolismo que va creciendo
hasta alcanzar una dimensión sobrecogedora y se corta perfectamente en un
abrupto final.
El hilo conductor de la historia es el pensamiento de Genoveva, esa manera
de ver las cosas tan particular del personaje. A pesar de ser una niña de
dieciséis años, Genoveva nos habla con
una seguridad y un sarcasmo como si ella tuviera todas las respuestas. Su gran
deseo es trascender y dejar atrás todo lo que la ata.
Foto by Fabricio Cárdenas
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