Comenzar la universidad no es fácil, siento que ha sido un giro
de 360 grados de un tirón y no creo que sea la única que siente eso.
Mi segunda materia a primera hora, un 11 de febrero de 2014,
fue Redacción y Estilo, una de las materias que más rara me pareció en sus inicios
ya que el Profesor Osman Patzzi, nos hizo dibujar una mano (cosa que me pareció
bastante infantil) en la cual indicaríamos qué nos gustaba de la materia,
qué no, qué podríamos aplicar, qué nos parecía interesante, y qué quedaría
pendiente. La sensación que sentí al
escuchar el “pendiente” me animó y me recordó que era mi primera clase de
Redacción y Estilo, y que aún faltaba un semestre entero.
¿Y qué paso?
Pasó la vida, pasó el tiempo, pasaron los días lluviosos,
calurosos y a veces fríos en que a las 7:00 en punto de la mañana había que
estar bien “plantau” marcando el dedo en la clase. Pasó la manito que saludaba
y decía hola, pasaron las conjugaciones, la comunicación verbal y no verbal, la
jerga, el argot, la lengua, el lenguaje y el habla, la semántica… la palabra y
el concepto, la lógica, las falacias, el signo lingüístico, el escarabajo
semántico, etc.
Etcéteras y todo lo que podría escribirse… pero no alcanza
el tiempo para hacerlo, la materia se resume en la parte más gorda del "trapper" de la "U", y en un montón de
experiencias y recuerdos del primer semestre en la universidad. Pasó el tiempo,
pasaron las 96 horas de carga horaria y ahora solo nos queda disfrutar de las
vacaciones, seguir escribiendo y tomar Redacción Periodística el próximo
semestre.
¡Pues ahí estaremos!
Ahora dibujamos de nuevo la manito, con los mismos significados
pero diferente contenido y… se despide.
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