En la pasada decimoquinta edición de la Feria Internacional del Libro Santa
Cruz de la Sierra se podía encontrar libros de grandes autores de cuentos.
Hablaremos de algunos de ellos: Edgar Allan Poe, Anton Chéjov, H.P. Lovecraft,
Jorge Luis Borges y Ernest Hemingway. Autores que fueron trascendentales para
la evolución del género del cuento. Tanto la técnica y la trama de sus cuentos
han sido y siguen siendo inspiración y guía para los cuentistas contemporáneos.
En esta nota veremos a Anton Chéjov, el maestro del cuento ruso.
Anton Chéjov nació en la Rusia imperial en el año 1860 y murió a sus cuarenta y cuatro años en 1904.
No llegó a ver ninguna de las revoluciones, la infructuosa de 1905 y la
bolchevique de 1917, que terminarían con el poderío de los zares que duró más
de tres siglos; desde 1547 con Iván el terrible hasta Nicolás II en 1917. Pero Chéjov no retrató la vida de la nobleza
rusa como lo hicieron todos los escritores rusos antes que él. Chéjov nos permite
dar un vistazo a la vida de las ciudades rusas, a la forma de vida de la clase
media rusa. Algo que hizo como pocos y que ya no se puede hacer, porque ese
mundo desapareció en 1905. Nabokov recordaría con nostalgia ese mundo en el que
creció y que ya no sería más.
En general los cuentos de Chéjov pueden parecer triviales y hasta algo
aburridos. Pero no ha habido alguno que me haya hecho desistir de su
lectura. Los cuentos de Chéjov tienen la
capacidad de mantenernos expectantes y llegan a tocar temas que van más haya de
la aparente trivialidad de los sucesos que narra.
Durante la pasada decimoquinta edición de la Feria Internacional del Libro
Santa Cruz de la Sierra, en la cual trabajé como expositor en un estand
vendiendo libros, pude adquirir un libro de cuentos de Anton Chéjov me gustaría
recomendarles el cuento titulado “La dama del perrito”.
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