Imaginamos que debe existir
algún plan estratégico detrás del telón de lo que será la XVI Feria
Internacional del Libro. Imaginamos que existe un equipo humano capacitado para
desarrollar las actividades pertinentes para la siguiente versión. Imaginamos
que luego de terminar una feria el objetivo de la siguiente será superar a la
anterior. Imaginamos que con una nueva versión habrá nuevas propuestas, pero
también imaginamos que el trabajo siempre sobreabunda. Y también imaginamos y
creemos que si tenemos la capacidad de escribir críticas, también tenemos la
capacidad de escribir propuestas.
(Nota antes de leer las
propuestas: Algunas son realizables y otras algo volátiles pero no imposibles)
- Redactar un plan de comunicación en el que se contemple
hacer un mantenimiento de marca durante todo el año.
- Realizar una campaña de posicionamiento de marca tanto como
nombre, marca, isotipo, slogan y abreviatura.
- Diseñar un plan de medios para tener claramente definido el
mensaje, fechas, canal y portavoces.
- Difundir gráficamente el arte y lanzar una convocatoria
para jóvenes en los que puedan pintar pancartas y grafitear paredes de la
ciudad que están en desuso.
- Crear un concurso y premios para las empresas y
organizaciones que presentan sus estands dentro de la Feria con propuestas
creativas para su implementación. Que además de la primordial característica
que son los libros esté ligado a algún otro concepto, para que las opciones se
diversifiquen.
- Entablar un convenio con las librerías para estandarizar
los precios y subvencionar en un mínimo porcentaje con la reducción de
impuestos para que los libros tengan un costo más accesible para la sociedad. Muchas personas se van de la Feria quejándose
por los altos precios, y con esta medida,
esa situación podría disminuir.
- Seguridad. En
cualquier evento de esta índole suelen haber personas que no van más que a sacar provecho, ladrones
oportunistas. Si se tuviese una mejor seguridad tanto en la entrada como dentro
de la feria los visitantes no estarían tan preocupados por el posible robo de
sus pertenencias y los ladrones se mantendrían diezmados.
- Información. Es importante que los volantes con información
sobre la ubicación de los estands y eventos sean entregados a los visitantes
desde el primer día, no solamente los últimos días. Esto generaría mayor
interés y de esta manera las personas podrían planear otra visita a la feria de
acuerdo a sus intereses. De hecho, si se
pudiera disponer del programa completo con unos días de anticipación, la gente
podría organizarse mucho mejor para asistir al evento, incluso podrían planificar
sus gastos en libros y se evitaría un exceso de concurrencia que vuelve más
lento y complicado el recorrer los pabellones.
- Atención. Si bien cada estand tiene el objetivo máximo de
vender, no deben enfocarse solo en esto. El servicio es aún más importante, por
lo cual el tener vendedores o presentadores que sepan de las obras y puedan
comunicarse con los visitantes de manera adecuada es de importancia
estratégica.
Ideal
sería que los expositores sean personas a las cuales les gusta la lectura y
conocen lo que venden, que este sea un requisito a la hora de contratar
trabajadores para los estands. Porque de este modo, estos amantes de la lectura
tienen la oportunidad de transmitir y contagiar su entusiasmo, y quizás,
difundir el hábito de leer en la sociedad. Tal vez así la Feria tenga mayor
valor cultural y no tanto comercial.
- Interés. La mayor parte de las personas no son lectoras,
por lo que no saben qué género de libros les puede interesar. Crear un test que
muestre los potenciales gustos de lectura sería una gran oportunidad. De esta
manera las personas comprarán algo que les gustará y realmente leerán.
Generando así más público lector.
Entre las propuestas para generar interés está el crear y
aplicar alguna estrategia que no sólo estimule la compra de libros, sino la
lectura, a través de: ventas de libros
por metro, por peso, por cantidad de páginas.
- Dinamismo. Son muy pocos los estands que llaman la
atención, esto es algo que definitivamente se debe cambiar, al hacer de cada
uno un espacio diferente, esto será un
estimulante visual que atraerá audiencia.
- Identificación. Sentir que uno es parte de algo es
realmente valioso. Se podrían dar pequeños recuerdos de asistencia a la feria y
además entregar una encuesta en la cual cada visitante pueda opinar sobre el
evento. Esto crearía vínculos entre la feria y la sociedad, haciéndola más
valorizada, además de permitirles a los organizadores saber qué cosas no les
agradaron a los concurrentes.
- Zonas de descanso. El último día de Feria había tal cantidad
de visitantes que encontrar un banco para detenerse un momento a descansar era
prácticamente imposible. Algo que debería mejorarse es la instalación de más
bancos o asientos disponibles para quienes asisten a este evento, que luego de
mucho caminar por los pasillos pueden terminar bastante cansados.
- Mantenimiento. Los organizadores de la FIL (la Cámara
Departamental del Libro) deben preocuparse por mantener en óptimas
condiciones las instalaciones donde se
llevará a cabo la feria. Esto significa,
entre otras cosas, asegurarse de que los
pabellones están limpios y listos para ser ocupados, mantener los pasillos
despejados de deshechos durante las horas de funcionamiento de la feria y
cerciorarse de que los baños estén libres de desperfectos (y si no lo están,
corregirlos).
- Organización. La Feria del Libro debería estar totalmente
lista para ser presentada y visitada desde el día de su inauguración. El ver
que hay estands todavía en construcción, hasta tres días después de que inició,
es algo que definitivamente debe cambiarse. Al igual que los mapas de cada
pabellón, los cuales no pueden presentarse escritos a mano al público. Con una
planificación hecha en su debido tiempo y la anticipada asignación de los espacios para los estands de cada editorial, este detalle puede
evitarse.
- Participación. Seguro existen muchas personas voluntarias
que les gustaría ayudar en la siguiente feria, ¿por qué no darles la
oportunidad? Así se tendría una mayor gama de ideas y opiniones, lo que sin
duda mejoraría la feria en todo.
Y hablando de opiniones, ¿por qué no implementar un buzón
de sugerencias en las instalaciones de la feria? O idear algún medio a través
del cual la gente pueda comentar sus experiencias en la FIL y dejar propuestas
para mejorarla para su próxima versión. Algo como un blog… un blog en el que
sus autores comparten sus críticos puntos de vista como participantes de la
Feria del Libro, preguntándose si llegará
a la vista de los organizadores de la misma.
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